Los otros y uno

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por Juan Laxagueborde

Es difícil vivir con otros. Pero no hay otra forma de vivir. Los sueños son siempre privados. Pero se realizan en la vida social. Estas cuatro sentencias parecen organizar Pueden dejar lo que quieran , nueva obra de Fernando Rubio (Buenos Aires, 1975). En ella somos parte de las palabras polifónicas de siete personajes atravesados por los fantasmas de una misma historia. Por los restos de vida de un personaje que no aparece pero que está omnipresente. Rodeados de ropas el contexto es un caleidoscopio multicolor, casi lisérgico, que un poco se viene encima y otro poco nos libera. El espectador puede pasar de una mueca jocosa por un recuerdo infante, al peso de la muerte en un mundo atestado de soledad.
Alguna vez Spinetta escribió esta frase en una canción: “Si le pido al mundo que pare y me lleve / tomo un sonido del aire / y lo dejo caer”. Pueden dejar lo que quieran propone eso. Podemos seguir la trama clásica, los meandros de la historia policial que se nos propone, o podemos perdernos en las derivas de nuestra conciencia atiborrada de violencia, imaginación, desgracia y aventuras. Un punto en el mundo sostiene todo lo demás. Ese punto, en la obra, es una palabra, un sonido repetido, el estampado de una tela o el sonido estruendoso de un revólver.
Hay que dejar lo que se quiere, decirlo, regalarlo, para terminar queriendo ser con los demás. Se puede.