Sobre mi obra

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por Fernando Rubio

En mis obras busco concretar la utopía de establecer lazos de profundas e inalterables conexiones entre los actores, espectadores y los objetos utilizados a través del diálogo entre el teatro, las artes visuales y el pensamiento sobre la construcción de las ciudades y los espacios de la naturaleza.
Creando espacios y relatos que habiliten nuevas formas de reflejarnos. Tomando elementos y objetos reconocibles y ubicándolos en un nuevo contexto con parámetros diferentes a los de la realidad, para descubrir así la posibilidad de construir un tejido de vinculaciones entre lo espacial y lo humano, antes no percibido.
Cuento con el cuerpo del espectador y su memoria como uno de los misterios que las obras proponen. Su presencia es, al estar dentro de la construcción del objeto, un recorrido de sospechas que alimentan un sector del tejido interno siempre cambiante, espectador a espectador.

Donde el engranaje espacial se dimensiona a través de las palabras y el silencio y se fusionan ambos en diferentes estadios de interrelaciones para conformar una compleja maquinaria conceptual de superficies que condensan en síntesis un tejido de capas que el espectador viene a completar para así dimensionar aún más las variables que propongo dentro de un esquema de fuertes parámetros en permanente movimiento y que tienen uno de sus posibles centros, en el cuerpo del actor.
El tratamiento de la actuación, en una búsqueda que tiene siempre presente la investigación desde diferentes puntos de partida espaciales y emocionales, trabaja sobre la idea de una verdad extrema todos los recursos poéticos explorados desde la economía gestual que bajo ningún concepto puede ser absorbida por la neutralidad, sino por un cuerpo interior cada vez más perceptivo de las sutilezas que despliega enfocar en los detalles.

La intimidad que propongo no radica solamente en la idea de cercanías o la posibilidad de espiar o impactar, radica en el encuentro de esos mundos misteriosos que en el silencio de sus presencias conformarán el espacio real de un verdadero acontecimiento.
De ahí la posibilidad de hacer visible un mundo imaginario como la posibilidad real de poner en cuestión con nuestros actos, con nuestros movimientos, sentimientos y estéticas, con estas obras, las distancias a las que nos hemos acostumbrado y el empobrecimiento de aquello que creemos posible.
En definitiva, busco establecer un espacio de acontecimientos conmocionantes siempre crecientes. Como la posibilidad infinita de nuestra humanidad.
Busco resignificar el espacio en que nos encontramos para establecer nuevas afectividades entre conocidos y desconocidos.
Quizá algún día todo eso suceda. Mientras tanto la utopía se hace realidad a través de un mundo imaginario. Como el tiempo en el que soñamos. Como el tiempo en el que vemos todo de una forma diferente.

Fernando Rubio