Las miradas dista(i)nte(a)s
---by Horacio Banega
El texto que mencionas aborda, desde una perspectiva filosófica y sociológica, temas profundos sobre la representación, la memoria y la ambigüedad en el arte y la fotografía, especialmente en lo relacionado con el trabajo de FR, un fotógrafo que desestabiliza las convenciones de la mirada. Banega resalta cómo la fotografía, en este contexto, se convierte en un medio para desestructurar las ideas preconcebidas y mostrar una visión del mundo que cuestiona las nociones tradicionales de arte y representación.
El uso de la fotografía, en especial las imágenes de personas respondiendo preguntas aparentemente sencillas, se vincula con el trabajo etnográfico y documentalista. FR, el fotógrafo, no solo captura momentos, sino que se convierte en parte del proceso, confundiéndose con el objeto de estudio, como en el caso de los etnógrafos que se integran a las culturas que investigan. Esto se refleja en la pregunta "¿Cuál fue tu momento más feliz?", que pretende explorar la esencia de los habitantes de una ciudad, pero que también, de manera implícita, revela un rastro de tristeza. La pregunta se convierte en un vehículo para explorar las emociones profundas y a menudo no expresadas de las personas, un enfoque que se aleja de las convenciones de la investigación científica.
El trabajo de FR también se vincula con la memoria colectiva y el archivo histórico. La fotografía, en este sentido, no es solo un intento de escapar de la muerte o de preservar momentos personales (como en el caso de la memoria familiar), sino que también se convierte en un elemento crucial en la historiografía, en la construcción de la memoria colectiva. Banega señala cómo FR, al utilizar la fotografía, se presenta como un archivista, alguien que, a través de sus imágenes, crea un archivo vivo que se auto-reproduce y continuará existiendo, contribuyendo a la memoria del futuro.
El texto también reflexiona sobre el acto fallido que Banega considera haber cometido al recordar mal la pregunta de FR. Este "desliz" se convierte en un punto clave para la reflexión sobre la memoria y la historiografía. Al final, Banega elige no corregir su error, sugiriendo que los fallos, los desplazamientos y las imperfecciones también son parte integral de la memoria y el proceso histórico. Este acto fallido, por lo tanto, no es algo que deba eliminarse, sino que ofrece una nueva posibilidad de interpretación y re-pregunta en la memoria del presente, lo que lleva a cuestionar si toda la historiografía misma podría ser un "gran acto fallido".
Así, el trabajo de FR no solo se limita a documentar, sino que también invita a re-pensar el rol del arte, la memoria y la historia en nuestra comprensión del mundo, sugiriendo que la verdad y la belleza no siempre son claras ni lineales, y que la ambigüedad es un aspecto fundamental de la experiencia humana.
